“Interlunio" (1937) es también un libro al borde, sólo que aquí es el hombre el protagonista.

Las cosas ya dejan de tener el valor preponderante de las primeras obras para comenzar a dar lugar a la profundidad del ser. Interlunio es un extraño y oscuro relato, de atmósfera alucinante y casi ultraterrena.
La aparición de "Persuasión de los días" es como un salto al vacío, el discurso de Girondo toma un rumbo netamente nihilista y comienzan también a perfilarse las variantes características de estilo que se verán cristalizadas en su totalidad con su última y fundamental obra: "La Masmédula".
En "Persuasión...", el autor se libra de trabas racionales (tal vez influido por la corriente surrealista) y su lirismo comienza a precipitarse sin restricciones.

”Ya no existía nada,
la nada estaba ausente;
ni oscuridad, ni lumbre,
- ni unas manos celestes -
ni vida, ni destino,
ni misterio, ni muerte;
pero seguía volando,
desesperadamente..."
La experimentación de Girondo, a partir de "En la Masmédula", es un intento de lograr la autonomía plena del lenguaje, sin ataduras que lo liguen a sus funciones convencionales; es la transmisión de lo esencial en la creación poética.

Aquí la palabra toma un valor sensual, una especie de relación mágica entre sonido y significado que va mucho más allá de la captación intelectual y actúa en el plano de la sensación. Esto constituye una posibilidad de comunicación mucho más conceptual pero a la vez, con la fuerza expresiva de Girondo, se torna en un estilo que marcará la impronta de todas las generaciones posteriores.
Michel Deguy, en su "Actes" dice: "La poesía desata, desfonda, perfora, disloca el laberinto de las avenidas sonoras de la página: se la diría ocupada en detectar los ultrasonidos de la lengua; y al mismo tiempo, a la manera de la música concreta, se abre a todas las lenguas, a todos los idiomas. Para ella el sentido está ligado al sonido y es diferente de la significación. El sonido mismo resulta signo; tenga o no significación en la red de la comunicación humana o en el interior de tal disciplina..."
En este sentido, los poemas de La Masmédula, tanto por el sentido, el ritmo y la entonación constituyen una especie de orquesta sinfónica donde cada uno de los instrumentos juega un rol exactamente estructurado.
En los versos de La Masmédula, Girondo suele agrupar dos o tres palabras creando una suerte de subvocablo con el fin de crear una nueva realidad lingüística.
Esta obra es, sin dudas una de las más apasionantes aventuras de la poesía moderna.
Es un libro trágico, pesimista, una explosión viva de la lengua y a la vez un resurgimiento de entre los escombros. Quizá el anuncio del fin, algo como el vaticinio de los años de postración que vendrían luego de aquel accidente que lo disminuiría hasta el día de su muerte, en una calurosa tarde de Enero del 67’ donde Buenos Aires toda pudo ver pasearse a la "chicas de Flores... apretando las piernas, por miedo a que el sexo se les caiga en la vereda", junto a un desfile de carambolas y calambures, madrigales y mamboretás, invertidos e invertebrados, sodomitas y solitarios que escaparon de un verso para darle a Oliverio, el saludo final.
Fuentes:http://www.danielrodriguezweb.com.ar/girondo.php (imágenes)
http://www.babab.com/no04/oliverio_girondo.htm (texto de Rosana Gutiérrez)
http://www.babab.com/no04/oliverio_girondo.htm (texto de Rosana Gutiérrez)